miércoles, 21 de agosto de 2013

Por el corazón de Cameros: La dehesa de Pinillos y el Pozo Argayo

En el corazón de Los Cameros, y entre las laderas de la sierra que los cruzan, los bosques de encinas, robles, hayas y pinos crecen hasta cubrir la mayor parte del terreno. Tan buena es esta tierra para ello que algunos ejemplares llevan allí "plantados" centenares de años, como el "Quejigo de Pinillos", con sus alrededor de 500 años bien llevados.

Quejigo de Pinillos,  500 años y fuerte "como un roble" ;)

Para descubrir esta joya nos subimos a Gallinero de Cameros, dónde Ramón y Tate, del grupo OR BTT, serán nuestros guías hoy por las sendas más desconocidas de sus respectivos pueblos: el citado Gallinero y Pinillos. Nos acompañará también nuestro amigo navarro Javito, que es oir hablar de sendas nuevas y se apunta sin pensarlo. También acudió a la llamada por segunda semana Sergio de Cumbres BTT Nájera, y completamos el grupo los más habituales, Óscar y el que escribe. Grupo variado pero con una pasión común: la bici y la montaña, buena compañía!

Salimos de Gallinero y comentando batallitas y demás nos plantamos enseguida en la senda que lleva a Pinillos, dónde una bajada rápida por hayedo nos mete de lleno en los encantos del bosque camerano.


El bosque tiene sus purgas y es la razón por la que árboles de 500 años como el de la primera foto son una excepción, en el hayedo es fácil encontrar ejemplares que no han soportado la nieve, la lluvia o alguna enfermedad...


Cuando la senda llega a un barranco, antes de cruzarlo nos desviamos para subir a la dehesa de Pinillos, con unas buenas rampas dónde hay que estar muy fuerte para no acabar poniendo el pie.


Tras un calentón majo, la senda se hace más llevadera y entramos de lleno en la dehesa, dónde robles de gran tamaño nos reciben con sus imponentes troncos.

Foto de Óscar.
Aquí la senda es poco clara, pero los locales se saben bien el camino y nos llevan por este bonito bosque hasta encontrar el gran roble de la primera foto, señalizado y protegido por estar incluido en los "Árboles Singulares de La Rioja". Sin duda lo merece, pero no era el único ejemplar de tamaño y edad muy notable:


Tras la obligatoria parada continuamos la marcha para ir camino de Pinillos, volviendo a disfrutar de tramos por la dehesa con mezcla de hayas y robles.


Salimos de la dehesa por una fuerte bajada hacia el barranco de Rioseco, un buen tramo para coger velocidad.


Al bajar al barranco la senda tiene algún paso más técnico, nada que siguiendo la buena rueda de Javito sea complicado.

Foto de Óscar.
Cogemos la senda antigua que nos subirá al pueblo, un tramo que se vuelve muy técnico y nos pondrá a prueba de nuevo en una zona rocosa y dura.

Foto de Sergio.
En pinillos reagrupamos y paramos en la fuente, llevamos sólo unos pocos kilómetros pero ya han dado mucho de sí.


Salimos del pueblo subiendo por el camino de Almarza, pero lo dejaremos para por una rápida pero aun en agosto embarrada senda, bajar al barranco de Admuel. Un tramo de senda en subida y enlazamos con una de las abandonadas pistas "del petroleo".

Foto de Sergio.
Subida dura por el terreno y la pendiente que sobre todo al principio, no da tregua. Es la subida más larga del día y la tomamos con calma. Ya llegando a las zonas altas entramos otra vez de lleno en el bosque, con un verde que nos hace olvidar que estamos en agosto.


Terminaremos saliendo a los prados de Admuel, ya cerca de la cumbre de la sierra, y con grandes vistas a todo el camero nuevo.

Foto de Sergio.
Aquí Tate quiere enseñarnos un lugar que hacía mucho tiempo tenía ganas de visitar, el pozo Argayo, una laguna estacional que se forma en mitad de los bosques de la ladera este de la sierra. Deberemos hacer un tramo de ida y vuelta desde aquí que nos meterá de nuevo por los bosques y sendas poco transitadas.


 Agosto no es la mejor época para ir a ver esta laguna, y a pesar de ser un año especialmente lluvioso, la laguna ya es más una charca. Si queréis verla en su mayor esplendor, podéis hacerlo en el blog de nuestro buen amigo Javi: Pedales y Bastones: Pozo Argayo.


Volveremos en primavera, ya sabemos cómo llegar así que no hay excusa. Eso sí, tras haber transitado por zonas cerradas de vegetación y todo tipo de sendas con hierva alta, se hace imprescindible una revisión en busca de pasajeros indeseados. Este año hay muchas garrapatas y estaba claro que hoy no nos librábamos, os dejo un macro perfecto que le hizo Javito a una que pilló subiéndole por la pierna. 


Para evitarlas, llevar pantalón largo, revisarse tras pasar zonas cerradas o con hierva alta, usar repelente de insectos, etc. Para sacarlas una vez enganchadas, unas pinzas y con suavidad y firmeza sacarla despacio. Pueden ser transmisoras de enfermedades pero tampoco hay que exagerar, yo esta temporada llevo ya mas de 10 quitadas y muchas más antes de que hayan mordido. Tras esta ruta fueron dos las que me habían agarrado y no tiene por qué pasar nada. En todo caso mejor prevenir, nunca sabes si va a tocarte la mala, atentos!

Volviendo a la ruta, deshacemos nuestros pasos hasta las cumbres del prado admuel, dónde salimos por un rampón de órdago que pone las piernas a temblar y los riñones a sufrir.


Tras este calentón, nos podemos relajar con un buen tramo de senderos de poca pendiente y tránsito suave que otra vez nos meterán entre los bosques cameranos y sus grandes robles.


Continuamos por un tramo de cumbreo por una pista buena, llegando al cruce con el GR. Lo seguimos dirección Gallinero, primero por una corta pero dura subida que sólo Ramón y Javito superan casi por completo:


Y una vez pasamos la cumbre de la sierra, nos queda una buena y rápida bajada por pistas antiguas y sendas.


Pasaremos por los bonitos prados de Libarache, que este año no se han agostado y parece que ya no lo harán, sorprendente!


La bajada por el GR nos deja un último tramo antes de llegar a Gallinero que es de mis favoritos por la zona, con tramos rápidos y pasos lentos, praderas, rocas y vistas... llevándonos hasta la misma entrada del pueblo para dejarnos bien servidos. Y muy bien servidos si como fue el caso podemos acabar tomando una cervecita en el jardín de la casa de Ramón, un lujo!


Una buena vuelta para adentrarse en los bosques cameranos y sus joyas ocultas. Gracias a Ramón y Tate por guiarnos por sus dominios, siempre un placer rodar juntos. Hasta la próxima!

Track. Duración: 3:30-4:30 h. Dificultad Media. Mejores épocas: final de primavera, verano y otoño, el pozo argayo mejor en primavera. Puede haber barro en algunas zonas. Atentos siempre al track que las sendas están poco marcadas en muchos puntos.


jueves, 15 de agosto de 2013

De sendas y ríos: Vadeando el Ormazal

Hace ya más de dos años desde que descubrimos que en las faldas del pico Urbión, además de la imprescindible y muy conocida senda del valle Urbión, existe una menos conocida pero igualmente bonita y muy divertida senda que discurre paralela a la anterior pero por el valle del río Ormazal.

Sendero del río Ormazal.
Desde que la descubrí se fue directa a mis favoritos, pero por una razón o otra, hasta ahora no había vuelto a repetirla entera, si bien el año pasado ya hicimos una gran parte acortando el recorrido que hoy haremos. Para quitar la carretera y hacer una ruta más montañera, subiremos por el valle del arroyo Penilla desde Viniegra de Arriba. Primero por pista, y cuando se acaba, por sendas.


Hoy nos hemos juntado Diego y yo con Sergio, un viejo conocido de Nájera (www.cumbresbttb.com / www.facebook.com/Cumbresbttbnajera) al que sabía que iba a gustar el recorrido. No quería carretera y si buenas sendas, creo que cumplimos el trato ;)


La senda llegó un momento en que se hizo inciclable, así que tocaba empujar o portear, Diego elige empujar.


A Sergio le va la marcha, bici a la chepa!


A Diego se me olvidó advertirle de que era mejor por la orilla izquierda, así que de repente se encontró en un mar de piedras, es lo que pasa cuando no sigues al guía ;)


Tras un rato salimos de la zona mala y podemos volver a montarnos en las praderas, peeeeero... se ve que Diego no tiene buen día porque ha pinchado la rueda. Casualmente la única vez que había pasado antes por esa zona también acabamos parando allí a reparar la bici, pero no me quejo, si hay que parar en algún sitio este me parece muy bueno:


Destacar el verde que aun podemos disfrutar en estos prados a pesar de ser ya agosto, fruto de un año lluvioso como pocos, todo un lujo. Y mientras Diego intentaba reparar el tubeless sin éxito, Sergio se entretenía saltando por las piedras...


Se las prometía felices, pero cuando ya teníamos lo de Diego avanzado, se dio cuenta de que él también había caído. Y así estuvimos en aquella pradera un buen rato hasta que pudimos continuar. Campo a través y ya pedaleando alcanzamos la pista que va por las cumbres, perfecta para rodar más tranquilos.


Tras unos últimos tramos de subida continua, comenzaremos a llanear por esta pista con algunas bajadas que a buena velocidad nos harán cruzar toda la cabecera del valle Ormazal hasta llegar al collado que nos separa del Urbión sobre Hoyo Bellido. Pongo una foto de archivo de este collado que con el urbión nevado es cuando más luce:

Collado sobre hoyo bellido en primavera.
Tras la parada de rigor, comer algo, comentar la jugada y prepararnos para la bajada, salimos disparaos por las praderas.


Aquí no hay camino ni senda, las posibilidades para bajar son infinitas y sin preocuparnos mucho vamos bajando por dónde nos parece, el caso es bajar.


Sin ningún problema llegamos a las praderas del valle, y al ir descendiendo por ellas se cierra y aparece la senda, que al inicio tienen una entrada que ya nos va a ir diciendo que se acabó lo fácil.


Tenemos por delante unos cuantos kilómetros de sendero junto al río que nos tendrán entretenidos por largo rato.


Hay que estar atentos porque la senda varias veces cruza el río, y aquí no es como en la senda del urbión que tiene puentes, aquí pasaremos siempre probando nuestra capacidad anfibia.


Ahora en verano es fácil pasar, en primavera con el deshielo la cosa es más complicada sin "meter la pata", jeje. Tras un rato por senderos suaves a un lado y otro del río, comenzamos a ganar altura sobre el cauce al entrar en una zona embarrancada, dónde la senda va excavada en la roca y bastante aérea.


Estos tramos son más técnicos, con mucha roca que hace que haya que ir trabajando, nosotros y nuestras bicis.


Volveremos a bajar junto al cauce disfrutando de tramos divertidos y otros de descanso. 


Y pasaremos el río otra vez, ahora ya con más anchura, el reto va subiendo!


Y cuanto más avanzamos, más aumenta el reto de pasar montados, en el siguiente vadeo Sergio vuelve a conseguirlo!


La senda está hecha a conciencia, sólo hay que ver este paso para darse cuenta de que tuvo su trabajo de pico y pala.


Desde este paso comienza una sucesión muy divertida de bajadas y cortas subidas con las que disfrutamos mucho sin apenas parar, llegando hasta los alrededores del pueblo de Viniegra de Arriba. Y aquí la senda aun nos guardaba un último vadeo ¡dale fuerte que llegas!


Y llegó, Diego también pasó; y el narrador prefirió enfriarse un poco los pies que hacía mucho calor ;)

Una muy buena ruta para pasar una mañana de senderos por nuestras "tierras altas", siempre un placer para los sentidos y las ruedas.

Track. Duración: 3:30-4:30 h. Dificultad Alta. Sin problemas de barro, evitar en invierno y principio de primavera si hay nieve o si hace frío, mojarse los pies en los vadeos es casi seguro. Lo ideal al final de primavera: mayo-junio. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Viejas sendas olvidadas en Robres del Castillo


Comienza agosto y por suerte el calor nos da un respiro, así que aprovechamos para volver al valle del Jubera a conocer más sendas y aldeas de las para muchos desconocidas Alpujarras Riojanas.

La Alpujarra Riojana desde las laderas de sierra la Hez.
Comenzamos la ruta desde el pueblo de Robres del Castillo, remontando primero por la carretera en suave ascenso junto al río Jubera, y después por una pista buena ya dirección hacia las cumbres de sierra la hez.


El día ha amanecido nublado y lo agradecemos mucho, pero el sol comienza a abrirse paso pronto entre las nubes.


La subida es bastante llevadera y de firme muy bueno, nos la tomamos con calma y algo así como una hora estamos en la línea de cumbres junto a los grandes molinos, parada a comer algo y a prepararse que comienza una buena bajada.


Hoy Óscar y yo nos hemos juntado con Álvaro y Edu, con quien ya compartimos ruta hace un par de meses retozando por el barro. Hoy no habrá barro pero si buenas sendas!


Comenzamos la bajada con un tramo de poca pendiente y bastante técnico, dejando atrás a los grandes molinos entre las abundantes jaras o retamas.

Foto de Óscar.
La senda está clara pero las jaras a veces quieren comérsela. Llegamos a unos corrales abandonados, creo que llamados Valdenarros, y continuamos la senda, antiguo camino de unión de los pueblos del Jubera con Arnedillo y el Cidacos.


La senda ahora tiene tramos más rápidos con algo de piedra suelta, permitiendo dejarse llevar.

Foto de Óscar.

Pero después de un tramo rápido se retuerce con unas zetas y baja con más pendiente y dificultad, apareciendo ya bastante roca al acercarse al barranco.


Cruzaremos un primer barranco, el de "la lobera", por una senda excavada en la roca que gira a la ladera de enfrente.


Y junto después nos lleva a cruzar un segundo barranco, el de "los Charcales", bajo las ruinas del que debía ser el puente para este camino.


Hemos llegado a Valtrujal, aldea abandonada en la que ya sólo se utilizan sus casas como corrales. Otro más de los despoblados del Jubera, sin duda la zona de la Rioja que más sufrió este abandono.


Para salir del pueblo nos tocará sufrir unos rampones de infarto que nos calentarán después de la bajada.


Alcanzamos la carretera que va a San Vicente y la seguiremos con un tramo de suave bajada que nos hace bajar temperatura. En el pueblo, parada y repostaje, que esto no ha acabado.


Saldremos del pueblo por la senda que va a Jubera, cruzando también dos barrancos dónde la humedad hace lucir un verde que escasea en el resto de la sierra.


La senda cruza unas grandes losas de piedra dónde parece ser que hay huellas de dinosaurio, no paramos a verlas pero estaban señalizadas en el pueblo.

Foto de Óscar.
Y tras este tramo tan seco, regresamos a la humedad de un barranco, en este caso justo en el punto dónde manan sus fuentes, acondicionadas y con sombra, buen lugar para parar a comer y beber algo.


Sólo nos queda una pequeña subida hasta unos corrales y bajaremos por la senda de los "Estornillos".


Divertida y variada senda con un poco de todo, Óscar y yo la conocíamos de una de nuestras visitas a la zona hace unos meses (Ruta de los Católicos), aunque tras esta primavera tan lluviosa ahora cuesta más seguir algún tramo por la vegetación, pero tampoco tiene pérdida. Tras esta senda, justo a la entrada del pueblo, nos desviamos para buscar el precioso sendero que va por la margen derecha del río Jubera, excavado en la roca y colgado sobre el río.


Es un tramo corto pero que merece la pena, sobre todo si es verano, porque en unos pocos minutos te encuentras una poza que no se puede dejar de probar.


El agua está a buena temperatura así que allí estuvimos un buen rato disfrutando y relajando las piernas sin prisa. Y después del baño tras otro tramo de senda fácil cruzaremos el río y saldremos a la carretera, regresando a Robres tranquilamente por la orilla contraria la que habíamos transitado antes.


Sólo me queda agradecer a Fernando "El Ruso" por recomendarnos esta ruta y sobre todo por el trabajo que se está dando para limpiar, señalizar y compartir estas sendas olvidadas para que otros las podamos disfrutar. Tenéis el track de una ruta más completa y larga que incluye todo esto y más según la propone Fernando en wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4523387